lunes, 13 de mayo de 2013

UN SUEÑO HECHO REALIDAD: 101 KM de RONDA 2013



CRONICA DE LA MADRE DE TODAS LAS CARRERAS….los 101 km de Ronda
Acabo de regresar de dar un paseo por la playa, necesitaba salir, sentir de nuevo la arena bajo mis pies, el agua sanadora del mar, la soledad del infinito. El tiempo ha vuelto a dar un vuelco, hace un viento de levante demoledor, de esos que te tumban, y una luz tenue y difusa que intenta abrirse paso entre las nubes, que presagian la lluvia que vendrá.

Necesitaba poner en orden todo lo vivido este fin de semana, cada uno de esos instantes, los buenos y los malos, antes de que sólo sean un recuerdo difuso en mi memoria.
Curiosamente es ahora cuando estoy disfrutando de mi victoria, con la perspectiva que da el tiempo pasado y en la soledad de este paseo, me he vuelto a emocionar, al mirar a lo lejos las montañas que he recorrido en cada uno de los entrenos; he podido sentirlas, en la lejanía y he llorado de alegría.

Me vienen ahora a la memoria recuerdos de otras carreras, para tener alguna referencia con la que poder comparar los 101, y me resulta muy difícil encontrar semejanzas. Por ejemplo, en las medias maratones, primaba el tiempo realizado, “que si bajar de 1h35”, si se cumplia,  pues contento y en la misma línea de meta euforia; en la Maratón, mismo planteamiento, “ que si el objetivo es bajar de 3h45min”, pues eso, euforia y emoción en la misma línea de meta, unas lágrimas, etc.
En cambio, en los 101km de Ronda, ahí cambia totalmente el planteamiento. Me preguntaba mi padre, que como cuánto tiempo me llevaría, yo, iluso de mí y a falta de referencia alguna, le contestaba que entre 14 y 16 horas; pero en el fondo pensaba para mí que el objetivo primero era……llegar, cruzar la línea de meta, y si llegaba, poder vivir para contarlo, como ha sido afortunadamente el caso.
Las dos semanas previas, he tenido la fortuna de poder disfrutarlas plenamente con mi familia, lo que me ha generado un estado de plena confianza y felicidad, que sin duda alguna ha ayudado y mucho a conseguir este inmenso reto. Pues tan importante en estas pruebas de ultradistancia es, tener una buena capacidad física, como mental.

Sábado 11 de la mañana, 6:30am, suena el despertador. “He dormido regular”, siempre ocurre igual, cierras los ojos y te vienen  a la mente imágenes y estrategias de tu carrera soñada. ¿Se me habrá olvidado algo? Y entre vagos pensamientos se te cierran los ojos hasta que algo de nuevo los activa. A las 7:00 puntual salgo hacia mi destino final, Ronda.
Llegué al estadio con tiempo, y aprovecho para entregar la mochila en el camión de Setenil y descansar a la sombra de la carpa que han montado en un lateral del campo de fútbol. Allí espero pacientemente a que se de la salida. Los ciclistas esperan en las pistas aledañas de atletismo. Saludo a muchos amigos, lo cual hace que libere un poquito la tensión y la inquietud que tenía.
Agustín, Javier Balbuena y JM Espinar
 Son las 11:00 y con una puntualidad exquisita, se da la salida. Me había quedado acompañando a Javier Balbuena, que estaba siendo entrevistado por Silvia Haro para una productora de Canal sur, acerca de su reto solidario http://www.migranodearena.org/javierbalbuena2 y eso hizo que saliera casi desde la cola del pelotón de corredores. Apenas se podía correr, por lo que los primeros kilómetros los hice andando, y aprovechando para saludar a compañeros de “andanzas”. Quedaban muchos kilómetros por delante, pero tenía que aprovechar la buena temperatura que aún hacía para correr; y esa fue la estrategia inicial, correr hasta que el calor achuchara más. Iba adelantando corredores hasta que di con Rafa Legendario, hacía tiempo que no sabía nada de él y decidí acompañarle un tramo, entre charlas se nos iban pasando los kilómetros casi sin darnos cuenta, andábamos y corríamos, manteniendo una buena media de casi 7 km/hora

Ya en en bucle del circuito de Ascari,   me despegué definitivamente de él, y “tiré palante”, seguí a buen ritmo todo este bucle, pero el calor comenzaba a hacer mella en mí y tras casi cinco horas llegaba a Arriate, ya me era imposible correr; y lo peor de todo, llegaba la “cuesta de los cochinos”, una hora me costó superarla, por momentos tuve ganas de echarme una siestecita bajo alguna de las encinas, pero la cabeza me dictaba que debía continuar, aunque fuese a paso de tortuga. Cada paso que daba, un metro que avanzaba, me repetía.
El bombero cienturero
El siguiente objetivo era Alcalá de Valle; por el camino tuve que pararme para curarme las temidas ampollas que comenzaban a aparecer, esta vez en el pie izquierdo. Y el calor que seguía apretando, no podía con mi alma, el camel lo llevaba vacío y para colmo el tanque del avituallamiento se había acabado. Afortunadamente si sobra de algo en esta prueba es la solidaridad, y un buen vecino, cuya casa lindaba con la pista por la que transitábamos, tenía un buen barreño lleno de agua y la goma echando agua fresquita….ufff salvado de momento!


En Alcalá paré un poco para comer algo, rellenar el camel y darme un caprichito: un polo de limón. De nuevo en ruta, un enorme cuestón a la salida del pueblo hacía mella en mí, era complicado hasta mantenerse vertical. Tras una hora de camino, llegaba a Setenil, eran las 20:17 de la tarde, comenzaba a refrescar, habían pasado algo más de 9 horas desde que saliera de Ronda y recorrido casi 60 kilómetros, la media algo más de 6,3 km/hora. En principio me encontraba bastante entero, y con buenas sensaciones, sin embargo el destino me preparaba una sorpresa. Al llegar al colegio de Setenil donde estaba el avituallamiento y la recogida de mochilas, había una cola considerable de marchadores a la espera de poder recogerlas, por lo que me coloqué en posición y a esperar.
A los 20 minutos de estar ahí parado en la cola, comencé a encontrarme mal, a notar un sudor frio y a marearme. Me asusté un poco y me tumbé en el suelo. Era una bajada de tensión, me decían, “con un cocacola se pasa”. Hice otro intento por levantarme, pero seguía mareándome, otra vez al suelo. Buff, aquí se acabó la aventura, me decía. Sin embargo, al moverme un poco comencé a recuperar pulso y todo de nuevo en su sitio. Me cambié, entregué la ropa usada y aproveché para comerme un sándwich y beber más cocacola. Eran las 21:18 y tomaba la salida de nuevo, había perdido una hora por el caos de la entrega de mochilas y casi me cuesta el abandono, pero iba bien de ánimos, aunque me tomé los primeros kilómetros con cautela, analizando mis sensaciones y valorando en todo momento el estado físico. Ya con la confianza de encontrarme bien y el frescor de la noche, eché a correr y a correr……hasta el cuartel, era increíble, me encontraba como si acabase de empezar, que digo, mejor.
Llegaba al cuartel de la legión sobre las 00:15, tres horas había empleado desde Setenil. Entré en el comedor y sin sentarme tomé algo de fruta, otro sándwich y el caldo calentito.
Próximo destino Benaoján, el cual estaba atravesando a las 02:05 de la madrugada, seguía muy bien de fuerzas, corriendo donde se podía y andando en los tramos duros de cuestas. Estaba disfrutando de verdad: la noche estrellada, una temperatura fresca, la hilera de lucecitas de los frontales y el sonido de las pisadas, al unísono. Eran momentos mágicos, de esos que te ponen los pelos de punta. Durante un buen tramo a la salida de Benaoján, pude compartir camino con un equipo de la UME, y digo equipo porque se comportaban como tal, preocupándose continuamente del más débil, arropándolo y ayudándolo. O también el caso de un militar, que a pesar de haberse torcido el tobillo en el km24, continuaba en carrera gritando de dolor y desesperación, ayudado en todo momento por su amigo y compañero. Son esos momentos los que hacen de estas pruebas, algo distinto, algo especial.
Ya teníamos Ronda cerca, lo podía sentir, el resplandor de su iluminación la delataba, sólo quedaba la “cuesta del cachondeo”, que nada más el nombre ya te pone alerta. Casi 25 minutos para 1,2 km, “bajona gorda” me sentía sin fuerzas ya, y es que llevaba tiempo sin comer nada, pero estaba delante de mis narices y ya nadie me quitaba esa meta. Me enganché como pude a otros tres militares-corredores que me llevaron prácticamente en volandas hasta la Alameda. Creo que desde que salí de Setenil, ha sido el único tramo en el que me han adelantado corredores, por lo que en general estoy más que satisfecho con el planteamiento que hice, reservando la primera parte hasta Setenil y zurrando en los tramos posteriores (Cuartel de la Legión- Benaoján- Ronda).
Al final, un tiempo oficial de 18horas 09minutos, en la posición 962 de 2001 llegados a meta.

2 comentarios:

Javier dijo...

Enhorabuena Luisma. Me alegro mucho verte, como siempre. Es impresionante despues del mareo como pudiste llegar al cuartel con tanta fuerza. En ese tramo yo me vine abajo. Y tambien creo que me equivoqué saliendo tan lento, debería haber intentado llegar a Setenil más o menos a la hora en que lo hicistes tu.
Un fuerte abrazo, y ya nos veremos en otra.
Seguro que esto te da mucha fortaleza para el GTP.

Anónimo dijo...

Bueno, yo no soy un colega, un compañero de "correrias", solo soy tu madre, y estoy orgullosa de tí, ¡¡enhorabuena¡¡

14 de mayo de 2013

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